RAW quiere decir “crudo” en inglés. Por lo tanto, se trata de un formato con el cual conservamos la foto cruda, sin procesar, como si no la hubiésemos tomado aún.
Cuando disparamos una foto en el formato habitual JPG la cámara graba la imagen en la tarjeta de memoria de manera definitiva que no admite cambios posteriormente, o tal vez sí pero muy pocos. En cambio, si disparamos la foto en formato RAW pues en realidad estamos “conservando” de alguna manera la escena dentro de la tarjeta de memoria y así mantenemos la posibilidad de terminar de tomar la foto posteriormente, en nuestro ordenador.
Cuando disparamos una foto en el formato habitual JPG la cámara graba la imagen en la tarjeta de memoria de manera definitiva que no admite cambios posteriormente, o tal vez sí pero muy pocos. En cambio, si disparamos la foto en formato RAW pues en realidad estamos “conservando” de alguna manera la escena dentro de la tarjeta de memoria y así mantenemos la posibilidad de terminar de tomar la foto posteriormente, en nuestro ordenador.
Cuando con la cámara disparamos la foto en formato JPG la cámara graba la imagen de manera definitiva en la tarjeta de memoria en un formato (JPG) interpretable por cualquier software de fotografía. Además, en ese momento la cámara registra la foto con ciertos datos (balance de blancos, saturación, exposición, contraste, etc.) y prescinde de los demás datos innecesarios. De alguna manera la cámara comprime la foto o la empaqueta y la deja preparada para visualizar en cualquier momento, enviársela a algún amigo, publicarla en nuestro Facebook, etc.
En cambio, cuando disparamos con el formato RAW, la cámara registra no sólo los datos de la imagen sino todos los posibles valores, dejando la foto de alguna manera “abierta” a cualquier cambio posteriormente. Imaginaros, por ejemplo disparamos la foto con unos valores de exposición y balance de blancos x, pero posteriormente hemos cambiado de opinión y queremos cambiar esos valores a otros, pero ya no podemos disparar la foto nuevamente porque ya estamos en casa en frente de nuestro ordenador. Si tuviéramos sólo una imagen JPG poco podríamos cambiar la verdad, pero si tuviésemos una RAW entonces la abriríamos, aportaríamos las modificaciones necesarias, y ya en ese momento obtendríamos nuestra imagen JPG definitiva, ya en el ordenador.
Las RAW son por lo tanto una especie de “negativo”, un fichero fuente del cual podemos obtener la imagen final que siempre será JPG.
Las RAW son por lo tanto una especie de “negativo”, un fichero fuente del cual podemos obtener la imagen final que siempre será JPG.
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